martes, 23 de diciembre de 2014

Pelotazo inmobiliario en Marte

Con el título de Arenas de Marte escribió Arthur C. Clarke pocos años antes de su muerte (19.3.08) una novela en la que plantea  un viaje al planeta Marte al que supone ya terraformado y colonizado.
Por lo que he leído por ahí, la terraformación de Marte será un proceso que requerirá miles de años, de modo que no cuento con verlo.
Sin embargo, ya que el otro día hablábamos de que el primer paso para expandirnos por el Universo es colonizar nuestro propio Sistema Solar y eso deberá comenzar por Marte, hablemos hoy de ese planeta para ver cuáles son sus condiciones de habitabilidad.
Marte es bastante más pequeño que la Tierra y dispone de una tenue atmósfera  compuesta básicamente de CO2 aunque también tiene algo de oxígeno y vapor de agua. Sin embargo son condiciones no aptas para la vida animal como nosotros o cualquier otro mamífero.
A nivel de temperaturas, oscilan entre los 17 y los -63ºC, es decir, propias de la Antártida.
Sin embargo, dado que es necesario un traje espacial para poder respirar, hemos de suponer que el mismo traje contendrá también el soporte vital a nivel térmico. Después de todo, tales fluctuaciones de temperatura también se producen en La Luna y en el vacío del espacio y ahí ya hemos estado sin problema.
Además de la imposibilidad de respirar, el principal problema de una atmósfera tan débil es que no nos permite volar como hacemos en la Tierra ni tampoco puede hacerse uso de paracaídas en los aterrizajes.
Este hecho obliga a que todas las sondas y naves que se dirigen hacia allí aterricen mediante el uso de retrocohetes, si bien sí aprovechan la atmósfera para un frenado aerodinámico inicial.
Una característica significativa de la superficie de Marte es que alberga la montaña más grande conocida del Sistema Solar ( y por tanto del Universo): El Monte Olimpo.
Se trata de un volcán de 25 Km de altura y 600 Km de diámetro en su base.
Puesto que mi plan es llevar a cabo un pelotazo urbanístico en Marte  para reactivar la maltrecha economía española, creo que la base de tal montaña debería ser el sitio indicado para construir una urbanización con la promesa de que algún día habrán pistas de esquí en esa macro-montaña.
Aunque ya sabemos que eso sería falso, no lo sería más que otras promociones urbanísticas que se han hecho sobre territorio español en medio de ninguna parte.
Si bien tales urbanizaciones nunca han llegado a terminarse, el Estado sí ha hecho su negocio cobrando impuestos y la Banca ha colocado las correspondientes hipotecas.
También los fabricantes de ladrillos, azulejos, sanitarios y cemento han hecho su negocio  con tales urbanizaciones fantasma.
Aunque suene todo a cachondeo, lo más hilarante del asunto es que a esa macro-estafa la hemos llamado milagro español.
En el caso de Marte, no obstante, supongo que tenemos un problema:
Aunque no he podido confirmarlo. me imagino que en el espacio extraterrestre rige el tratado Antártico o similar. Es decir: No pertenece a nadie y nadie puede reclamarlo como de su propiedad.
Así pues, los paganos estafables serían propietarios de la vivienda pero no del suelo donde estaría edificada.
Una ventaja de estas promociones sería que los bancos no tendrían problema en expropiar los inmuebles impagados ya que en ningún caso se trataría de primeras residencias.
Otro accidente geográfico notable de la superficie de Marte es el denominado Valles Marineris de 4000Km de longitud,, 200 de ancho y 10 de profundidad que pasa por ser el cañón más grande del Sistema Solar y que probablemente fue lo que inspiró al astrónomo Schiaparelli a hablar de los canales de Marte.
Recibe tal cañón el nombre de la sonda Mariner 10 que fue la primera en fotografiarlo.
El suelo marciano es similar a los desiertos terrestres
foto robot spirit (JPL,NASA)
Más información sobre Marte

martes, 9 de diciembre de 2014

La mision MARS ONE

El primer paso antes de que emigremos hacia las estrellas es colonizar los planetas vecinos. Es decir, el propio Sistema Solar. Comencemos por una reflexión respecto de los planetas que tenemos aquí cerca.

Lo primero serán los planetas interiores. Además de estar más cerca, viajar hasta ellos resulta más barato porque el viaje se convierte en una caída hacia el Sol. Sin embargo, presentan otras dificultades, la mayoría de ellas insalvables. Además, la energía que te ahorras al dejarte caer hacia el Sol, la tienes que gastar luego en el viaje de vuelta.

-Venus es el más cercano pero es más o menos como lo que denominamos infierno.
Temperaturas monstruosamente elevadas, (400 C), presión propia de las profundidades marinas, atmósfera de CO2 + ácido sulfúrico, vulcanismo muy activo.

Hasta los escritores de Ciencia Ficción(verbi gratia Artur C. Clarke) dan  por hecho  que nunca colonizaremos este planeta. Las sondas espaciales que han logrado "aterrizar" en Venus, sólo han sobrevivido unos minutos antes de averiarse. Mercurio no cae mucho más lejos pero está demasiado cerca del Sol. Además no tiene ningún tipo de atmósfera. Eso significa que quienes habitaran Mercurio estarían sometidos a permanente sobredosis de radiación solar. Además, la atmósfera protege de la caída de meteoritos. Sería como irnos a vivir a la Luna. La atmósfera también sirve como regulador térmico evitando las enormes diferencias de temperatura que se producen entre la sombra y el Sol, fenómeno ya conocido por los astronautas en órbita que tampoco están protegidos de la radiación solar.

Eliminados los planetas interiores, tenemos que comenzar a pensar en los exteriores que presentan otros problemas.

Para empezar, están demasiado lejos por lo que cualquier viaje hasta allí requiere mucho más tiempo y energía. También la lejanía del Sol provoca el problema de suministro de energía, ya que los paneles solares resultan ineficientes.

Los gigantes gaseosos tienen el problema de estar formados casi exclusivamente de gas. Es decir, no tienen una superficie sólida donde asentarse. Estaríamos obligados a permanecer flotando de forma indefinida en sus nubes soportando las monstruosas tormentas que allí se producen.
Como si esto no fuera suficiente, Júpiter es demasiado grande y su gravedad nos aplastaría.
Lo mismo pasaría con Saturno, Urano y Neptuno.

Ante esta perspectiva , los únicos planes realistas que pueden llegar a plantearse para extendernos por el Sistema Solar  han de ser imperativamente para colonizar Marte.

Marte se encuentra a una distancia razonable de la Tierra y del Sol, de modo que el viaje no es demasiado largo ni demasiado caro y las condiciones ambientales de este planeta son aptas para la vida. Así como Colón necesitó  la financiación de los Reyes Católicos para llegar a Oriente viajando hacia occidente, también una potencial colonización de Marte requerirá una financiación importante.
Con la crisis económica mundial que tenemos, ningún país está por la labor de financiar un proceso de colonización de Marte.

Sin embargo, sí hay empresas privadas dispuestas a financiar la aventura  ante la posibilidad de rentabilizar la inversión con las tecnologías derivadas del proceso. Ya no se trata de explotar ningún tipo de riqueza de ese planeta y traerlo a la Tierra. Tampoco creo que las leyes internacionales permitan a nadie tomar posesión de un planeta.

Con la promesa de beneficios por el desarrollo de tecnologías, en Holanda se ha constituido la empresa Mars ONE para colonizar Marte de forma seria.

El proyecto consiste en enviar una serie de módulos habitables automáticos  que se implantarían allí a la espera de la llegada de los primeros colonos quienes se asentarían en esos hábitats artificiales  con el objetivo de quedarse en el planeta de forma permanente  mientras desarrollarían un proyecto aún no definido de terraformación del planeta.

Para llevar a cabo el proyecto, abrieron un proceso de selección de candidatos dispuestos a irse a Marte sólo con el billete de ida.

Los viajeros a Marte deberán pagar parte del pasaje y constituirán una especie de "reality show" para que la empresa obtenga ingresos por derechos televisivos.

Mientras escribo esto, se me ocurre  que un sistema económico puramente especulativo como el español podría proponer la construcción de pisos en Marte que, aunque nunca llegarían a ser habitados, serían propiedades inmobiliarias por las que mucha gente estaría dispuesta a pagar.
-Y tú cuantos pisos tienes?
 -Tres en Barcelona, dos en la Costa Brava y cinco en Marte.

Para que eso fuera posible, la única condición necesaria sería que se encontrase una manera de fabricar ladrillos con los materiales del suelo marciano, lo cual no me parece descabellado puesto que dicho suelo está formado por compuestos ferruginosos y agua en estado sólido. El suministro energético debería provenir de una mini central nuclear que habría que instalar.

martes, 28 de octubre de 2014

Objetivo de este blog

Antes o después estaremos obligados a abandonar el Sistema Solar porque el tiempo de vida del Sol es limitado. Si bien tenemos tiempo de sobras ( el Sol aún vivirá 5.000 millones de años), llegará el momento de decidir a dónde nos vamos.

En todo momento supondremos que , el día que decidamos marcharnos, la tecnología se encontrará en un punto mucho más avanzado que el actual, por lo que supondremos la existencia de tecnologías aún no desarrolladas. No obstante, no entraremos en terreno propio de la Ciencia ficción(verbi Gratia,Dune)  que supone la posibilidad de desplazamientos sin movimiento mediante pliegues en el espacio-tiempo .

Si bien tales soluciones parecen posibles desde un punto de vista matemático, tecnológicamente no las veo realizables en un futuro razonable.
Actualmente, sólo una nave fabricada por los humanos se encuentra en trayectoria de abandonar el Sistema Solar. Sin embargo, no se encuentra en rumbo de reunión con ningún sistema planetario de alguna estrella cercana.
Además, aunque así fuera tardaría decenas de miles de años en alcanzarla . Por otro lado, se trata de una sonda espacial no tripulada que, de ninguna manera, permitiría el soporte vital de seres humanos durante un prolongado período de tiempo. Puesto que intentaremos que esta historia sea realista, buscaremos un sistema planetario ya identificado que contenga un planeta presuntamente similar al nuestro.
Para eso, necesitaremos recurrir a un catálogo real de exoplanetas del que podamos extraer datos reales ya conocidos.

Sí supondremos el dominio de la tecnología de reactores de fusión nuclear pero no la posibilidad  de aprovechar la materia y energía oscuras que sabemos inundan el vacío del espacio.

Supondremos que las leyes de la Física son inamovibles por lo que deberemos respetar todos los principios de conservación. Presuntas formas de desplazarse propias de la Ciencia Ficción como agujeros de gusano o deslizámientos por el tejido del espacio-tiempo -supongo que ése es el método que usan Estela Plateada ( Silver Surfer), y Supermán- no las aceptaremos como válidas. Tampoco sustancias antigravitatorias como la que supone H.G.Wells en “el primer hombre en la luna”. Allí recubren la nave espacial con una sustancia (la caborita) aislante del campo gravitatorio al igual que el vidrio o el plástico aíslan del campo eléctrico. En esas circunstancias, viajar a la Luna consiste, simplemente, en dejarse caer hacia ella aislándose del campo gravitatorio terrestre. Sí supondremos, en cambio, que la hibernación humana habrá sido dominada, de modo que, por mucha duración que tenga el viaje, los tripulantes llegarían vivos a su destino. Podríamos de este modo evacuar todo el planeta Tierra  sin dejar aquí a nadie . Se trataría por tanto de un viaje sólo de ida y no deberíamos preocuparnos por la vuelta ya que suponemos el fin del planeta Tierrra ,  causa por la que debemos irnos.
 Hechas estas consideraciones, podremos pasar a imaginar un viaje a las estrellas próximas de la forma más realista posible. Nótese que con este planteamiento, más que un viaje, estamos imaginando un proceso de desalojo de la Tierra y emigración a otros planetas. Si en 5.000 millones de años no somos capaces de hacerlo, desapareceremos del Universo sin dejar el más mínimo rastro de que alguna vez hayamos existido.

Sólo el Voyager I está abandonando el Sistema Solar
Este último punto, no obstante, podríamos suavizarlo lanzando miles de sondas como las ya enviadas con rumbo al infinito como si fuéramos náufragos en una isla en medio del océano lanzando mensajes en botellas con la esperanza de que alguna sea recogida por alguien en algún lugar en algún momento antes de la desaparición del Universo (que también tendrá un final).
Cuando el Sol se convierta en gigante roja, desaparecerá el sistema solar completo